Solemos contarle a nuestra clientela de desatascos Campamento una entretenida anécdota, testimonio de uno de nuestros clientes más antiguos, en aquellos días cuando la organización acababa de salir del puerto hacia tierras inexploradas. Y va de la siguiente manera:
Desatascos Campamento baratos
“¿Acaso las toallas y papeles toilette podrían dañar mi váter si los desecho bajando de la cadena? Pues, con un poco de sentido común que me falto en esos momentos, la respuesta es afirmativa. Los daños fueron casi desastrosos para mi cuarto de baño, pero gracias a la intervención de desatascos Campamento los daños fueron revertidos, además de que fui instruido un poco sobre lo que sucedía con las cañerías y los papeles toilette que fueron acumulándose periódicamente en el ducto, pues estos no desaparecen del todo, a pesar de estar en contacto con el agua.
La catástrofe inició por esa ignorancia que nunca estuve dispuesto a erradicar de mi mente; por el descuido de desechar papeles toilette por el váter, que fueron acumulándose, bloqueando totalmente nuestro váter, esta situación nos regresó a los tiempos antiguos durante unas largas horas. Ya que el agua era incapaz de moverse en la extensión de la cañería; esta solo tenía la posibilidad de regresar por el camino que había recorrido, terminando por desbordar la taza del váter, y sorprendentemente esta también era expulsada por las cañería de los lavamanos y lavaplatos de todo nuestro hogar, por lo que tuvimos unos sustos bastantes intensos, siendo sincero.
Gracias a un golpe de fortuna, hace unos pocos días atrás recibimos unos panfletos publicitarios de una empresa económica de fontaneros Campamento, llamada Ddesatascos Campamento; con el tictac del reloj resonando en nuestras mentes, no lo pensamos 2 veces y discamos casi que instantáneamente el número telefónico apuntado en el papel. En ese momento, reconocemos que estuvimos angustiados, porque pensábamos que nos terminarían cobrando una fortuna por el magistral desastre y la urgencia que tanto requeríamos.
Después de acudir a ellos todo paso bastante veloz: tocaron nuestra puerta y analizaron la escena, evaluaron los daños y dieron con la solución precisa en un tiempo fugaz, ni siquiera parecieron 10 minutos. En relación al precio, en ese momento me sorprendió sobremanera, pues fue menor a la cantidad que había estimado; era plena madrugada la hora que llegaron a nuestra casa, una hora bastante peculiar.
Sin lugar a dudas, dejamos ese número telefónico apuntado en nuestro refrigerador, para futuras eventualidades como la que padecimos, también como recomendación para nuestros familiares y amigos, en caso de que sufrir situaciones tan desagradables.”